La fascia es un tejido que se extiende por todo el cuerpo, conectando y envolviendo todas las estructuras corporales. Una fascia saludable tiene una estructura relajada y ordenada, pero puede endurecerse y adherirse, como resultado de traumatismos, inflamaciones y estrés, provocando dolor y rigidez.
La falta de ejercicio, los movimientos repetitivos o simplemente la deshidratación provocada por el envejecimiento, causan adherencias en la fascia, limitando el movimiento de ciertos músculos y articulaciones, provocando perdida de eficiencia muscular, rigidez y/o compresión articular.
Si todas estas situaciones, permanecen en el tiempo comenzaran a provocar cambios en la postura de la persona, en la flexibilidad y por ende en el aspecto general del cuerpo, transmitiendo dolor, afectando drásticamente la calidad de vida del sujeto.
En Gimnasia Postural Funcional tenemos en cuenta este novedoso concepto a la hora de plantear estrategias preventivas y de recuperación eficaces. Entrenar este tejido, contribuirá a mantenerlo en su mejor estado, y por ende a reducir dolores y prevenir el riesgo de lesiones.